Inmobiliaria en Cadaqués

Cadaqués impresiona con encanto. A nosotros siempre nos fascina su parte antigua, blanca, las casas bien arrimadas las unas a las otras, sus callejuelas pendientes e inclinadas hasta la iglesia de Santa María… Desde aquí arriba se disfruta de una vista maravillosa sobre tejados y mar; sobre todo. 

Antes de la puesta de sol cuando el paisaje se tiñe de rosa y se ven los pequeños barcos balanceándose frente a la orilla, con el mar reflejando el sol poniente. El color verde se apodera de balcones y terrazas, trepando sin cesar. Sería fantástico inmortalizar esta escena con el pincel. Quizá esta luz tan particular sea la causa de que Cadaqués haya sido y siga siendo objeto de atención y motivo principal de cuadros de tantos pintores y artistas de todo el mundo. La lista es larga: Pablo Picasso, Henri Matisse, Max Ernst, André Breton, Paul Eluard, Marcel Duchamp, Man Ray o Gabriel García Márquez. Sin olvidar, lógicamente:

El  maestro Salvador Dalí por antonomasia del surrealismo no podía desconectar mucho tiempo de la magia de este lugar. Vivía, trabajaba y festejaba la mayor parte del tiempo en su casa de Port Lligat, a tan solo un kilómetro de Cadaqués, en una cala pintoresca y que hoy en día es un gran atractivo turístico internacional. 

Genio, excéntrico Salvador Dalí – y además uno de los más grandes representantes de la pintura surrealista sigue siendo una leyenda. Nacido en Figueres en 1904 y fallecido en 1989 allí, fue uno de los artistas más famosos del siglo XX. Arraigado en la pintoresca Costa Brava, se inspiró en su arte por la naturaleza, el mar Mediterráneo y el cielo de su costa natal dibujado por la Tramontana.

Desde el principio quedó claro que Dalí podía y también quería llamar mucho la atención. La locura, a menudo extrovertida, también podría venderse bien. El artista loco e ingenioso -como lo veas- decía una vez: «Si quieres interesar, tienes que provocar».

Salvador Dalí tenía libertad de tontería en España. Negoció con los poderosos en su sentido: castillos de cama, rascacielos y excesos del turismo de masas no se encuentran en Cadaqués. Cuando los turistas descubrieron la Costa Brava, este pintor excéntrico, gracias a sus relaciones y contactos, evitó la construcción de grandes complejos hoteleros en la bahía de Cadaqués y Port Lligat. 

De este modo, la blanca localidad de Dalí ha mantenido su encanto original y la iglesia sigue siendo el edificio más alto de Cadaqués. 

Dalí sigue dominando su pueblo: se alza con fuerza en un cartel grandísimo, en blanco y negro, por encima de Cadaqués. Hay tazas, pósters y vitrinas enteras pobladas por su presencia. Nadie puede hacer caso omiso de Dalí. Quizá incluso siga cuidando de Cadaqués en un futuro y evite pecados inmobiliarios. Sin embargo, de momento ya se está discutiendo sobre la ampliación de la carretera de la costa de Cadaqués. 

Si desea comprar una casa encantadora con vista al mar en Cadaqués, debe darse prisa. Los precios están subiendo, el lugar es popular entre la alta sociedad internacional. La gama de villas con vistas al mar es limitada. Las villas de lujo, las encantadoras casas adosadas o los apartamentos con vistas al mar en una ubicación de ensueño combinada con la individualidad son una buena inversión. Cadaqués es uno de los mejores lugares de la Costa Brava y del Mediterráneo español.

En los últimos años, en Cadaqués, se han abierto muchas tiendas pequeñas, galerías, bares y restaurantes en los bajos de las renovadas casas de pescadores. Se puede encontrar de todo: joyas, artesanía y obras originales de jóvenes artistas.

Un par de copas en las cafeterías y bares que tiene Cadaqués. El Casino, tanto dentro como fuera, es un lugar de encuentro para jóvenes y mayores, turistas y vecinos, entre el sórdido ruido de las motocicletas conducidas por los más jóvenes de la localidad. 

Dalí solía visitar la cafetería El Jardín, con sus plantas exóticas bajo el cielo mediterráneo. Y el club de jazz de la Rambla, también contaba como uno de sus locales preferidos. Lo que no está claro es si también le gustaba tanto como a nosotros el bar de tapas de la playa de Cadaqués, en el que es realmente difícil encontrar una silla libre.

Pero lo mejor es que vosotros mismos comprobéis de primera mano el paisaje gastronómico de Cadaqués. Y si sóis de los que madrugáis, no os podéis perder la idílica atmósfera mediterránea con el primer café en el puerto, oyendo a lo lejos el sonido de las gaviotas y de fondo, el suave y meloso olear del Mediterráneo en Cadaqués.